
...Se adivina la vida de esta mujer, repleta de experiencias y llenita de sucesos dignos de narrarse, bien sea por escrito o bien por oratoria (insisto en que ella, esta última la domina). En Cosas que ya no existen ofrece a su lector fragmentos de algunos de sus momentos vividos, no sabemos si los mejores o quizás sólo los que le merecieron la pena contar por lo rocambolesco del contexto. Habla en ellos de un pasado de viajes por distintos paÃses de América del sur, por Egipto y hasta por su infancia en un colegio de monjas. Cuenta además algunos pasajes de su vida más reciente en su contemporánea Barcelona, pequeños fragmentos que uno nunca termina de creer y que sin embargo, no puede dejar de recrear según los va leyendo, porque esa extraña virtud caracteriza a Cristina Fernández Cubas: que cuando explica algo, uno va viendo con detalle esas cosas que nunca ha visto, que jamás ha vivido y que tal vez, en algún momento del futuro -su futuro- pasen a recordarse como pasado -su pasado-.
(http://lamanoqueescribeconpluma.blogs...) 288 Hace unos años, en el Festival Celsius que se celebra cada verano en Avilés, descubrà a Cristina Fdez Cubas. Recuerdo aquel dÃa perfectamente. Por casualidad asistà a la charla que daba la autora y me conquistó totalmente. Salà de allà maravillada y en ese momento me hice con el que serÃa mi primer acercamiento a su obra, âEl año de Graciaâ. Unos meses después, en una de mis visitas a la biblioteca, me encontré con un ejemplar de âLa habitación de Nonaâ, segundo libro que leÃa suyo.
Han pasado los años. TenÃa ganas de seguir descubriendo su obra y no sabÃa por dónde continuar. Otra vez aparece la biblioteca en escena, allà me topé con un libro suyo que no conocÃa, âCosas que ya no existenâ. Estaba en la estanterÃa de memorias y me llamó la atención. Decidà cogerlo, decidà leer algo diferente a lo que ya habÃa leÃdo anteriormente.
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Ahora que ya lo he leÃdo, personalmente no lo catalogarÃa como un libro de memorias. Es un libro de relatos autobiográficos y de relatos con historias que han llegado a sus oÃdos. La mecha de un recuerdo o de un momento de su vida se mezcla con ficción y de ahà surgen las historias que leemos.
Junto a Cristina viajamos por varios paÃses. Recorremos a su lado las diferentes etapas de su vida: niñez, adolescencia y madurez. Somos testigos de momentos bonitos y especiales y de momentos duros y difÃciles. Nos da su visión de momentos que han sido hitos de la historia, tanto de nuestro paÃs como de otros.
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Siempre me ocurre lo mismo con este tipo de libros. Hay relatos que me llegan más que otros, hay relatos que me resultan más interesantes. Relatos maravillosos que eclipsan a otros que no lo son tanto.
Esta vez me ha vuelto a ocurrir pero ha sido diferente porque considero que leer a Cristina siempre es un placer. Perderse entre sus palabras, embelesarse con su forma de escribir y adentrarse en sus historias.
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Por más vueltas que le doy, no lo entiendo, no lo comprendo. ¿Por qué es tan desconocida esta autora? Me da mucha pena que asà sea. Si os animáis a leer algo suyo por primera vez, tal vez este libro no sea el más idóneo pero espero que os animéis a darle una oportunidad a la autora. Paperback Very easy read, perhaps too light, not much substance. Lectura fácil, quizá muy ligera, sin mucha sustancia. Paperback
Cosas que ya no existen es un hito en la trayectoria de Cristina Fernández Cubas, un libro que la autora concibió como un recuento de escenas, personajes, viajes y momentos de su propia vida que pedÃan paso para una suerte de memorias, y que, imponiéndose como historias, acabaron conformando un magnÃfico volumen de relatos vividos. Con las armas de la ficción, y el despliegue de una prosa envolvente y arrolladora, sus páginas nos transportan a un viaje transatlántico al Buenos Aires de los años setenta, a estudiar durante unos meses en El Cairo, a cruzar la frontera boliviana o a vivir singulares peripecias en distintos puntos del globo. Pero también a escenarios más Ãntimos, como el que crean las fabulosas historias de terror que contaba su niñera, las vivencias en un colegio de monjas o la casa familiar, con vestigios de otra época, en la que un gran reloj de pie, desde su puesto estratégico en la escalera, parece, con sus poderosos latidos, regir el destino de los que la habitan. Cosas que ya no existen
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